Conductas inexplicables

Franco Brzovic

Se hace muy difícil entender las conductas de algunas personas elegidas popularmente para cargos políticos como también de muchos burócratas cuando interpretan en forma tan diferente los intereses, deseos o aspiraciones de las personas. La tozudez en muchos casos ha sido alimentada por profundas ideologías.

Me refiero concretamente a las contradicciones en el ámbito tributario. Ya en el programa de gobierno de la actual presidenta se advirtió en esta columna los efectos que se producirían de seguir adelante con reformas estructurales, inorgánicas y alejadas de nuestras realidades. La ciudadanía percibió que, a pesar de la propaganda que “pagarán los ricos”, la demonización del FUT y tantas otras, las reformas prometidas serían un problema más que una solución. Incluso se probó que la mayor recaudación esperada no fue suficiente para la razón que fue planteada esa reforma, la educación. Así también los especialistas han demostrado que parte importante se destinó a la contratación de personal en entidades públicas, obviamente todos a contrata.

Pues bien, las consecuencias las tenemos ahora que, ya en régimen ambas leyes de reforma tributaria, se oyen las voces de expertos y entidades gremiales, como el Colegio de Contadores, anunciando que la confusión es tal que se hará muy dificultoso cumplir los plazos y contenidos que se exigen en las declaraciones juradas. El Servicio de Impuestos Internos (SII), que en forma muy profesional ha debido normar estas leyes, declaró que se arbitrarán los medios para no cursar multas por las declaraciones fuera de plazo o con errores.

La pregunta que nace espontáneamente es qué hacer. Pues bien, para lo que ya está rodando, esto es las declaraciones juradas próximas, base esencial de la información en los procesos de fiscalización, se deberá cumplir en la mejor forma. Tranquilos eso sí que no habrá sanciones, lo cual conoceremos con exactitud cuando el SII haga pública su resolución. Más allá de estas medidas para no sancionar, lo más importante al parecer es mejorar aún más las plataformas de información y consulta de esa entidad.

Para el futuro, el cómo cumplir adecuadamente con las normas vigentes y sus modificaciones, será un asunto clave. Las empresas deberán centrar sus desafíos en los gobiernos corporativos, a quienes se les impone una tarea de envergadura, particularmente por las responsabilidades que adicionalmente a otras, asumen por las reformas de los años pasados. La reputación, opiniones en las redes que tanta fuerza tienen, responsabilidades civiles y hasta penales obligarán a mantener un grado de conocimiento básico en que la abstracción y visión en conjunto de los sistemas tributarios será una exigencia, actividad que necesariamente tendrá que ser complementaria a la de contadores. Para las Pymes, solo simplificar y naturalmente para todos, rebajar los impuestos pues ya se ha probado hasta el cansancio que conlleva menor evasión y mayor actividad económica generadora de impuestos.

Por lo visto, una mayor carga tributaria no necesariamente lleva a una mayor recaudación. Al contrario. Sin embargo, este aserto no lo comparten, entre otros, el Secretario General de la OCDE, de visita reciente en Chile para la entrega al gobierno del Estudio Económico de Chile 2018.

En él se asevera que deberán aumentarse los impuestos ambientales, de la propiedad y la renta de las personas. En este último caso explica que la base impositiva en Chile es muy “estrecha”, y que más del 76% de las personas no es sujeto de Impuesto a la Renta, lo cual desemboca en una “muy escasa capacidad distributiva en Chile”.

En términos simples, para ese informe el sistema será más distributivo si se amplía la base de contribuyentes que paguen Impuesto a la Renta, lo que deriva en que quienes ganen menos de $ 630 mil pesos deberán tributar por esas rentas. No sé si habrá algún gobernante dispuesto a irse por este camino, que además de impopular es bastante inoficioso.

Reconozco que las motivaciones de las reformas tributarias y el informe de la OCDE me cuesta entenderlas.